5 abr 2015

Los conejos en Australia y los conejos de Fibonacci

LOS CONEJOS EN AUSTRALIA: 


El conejo común europeo no es una especie nativa de Australia. En este continente no existían los conejos hasta 1859, en que Thomas Austin, un propietario de amplios terrenos en Australia, trasladó 6 parejas desde Inglaterra para disponer de piezas de caza en sus fincas.
No pensó que esta especie, al no ser autóctona, no tendría depredadores naturales en su nuevo hábitat. Esto, unido a la gran capacidad reproductiva de estos animales, hizo que se multiplicaran de forma explosiva.
Seis años después, en 1865 Mr. Austin calculaba que había cazado unos 20.000 y que aún quedaban en sus tierras otros tantos.

Además, los conejos habían sobrepasado las vallas de sus propiedades, saltando o excavando galerías. Hacia 1887, solamente en la provincia de Nueva Gales del Sur, donde originariamente habían sido importados, había unos 20 millones de conejos. 

Unos años más tarde, a causa de la gran expansión de la población de conejos, Australia se estaba quedando sin vegetación, lo que suponía un grave problema para la economía del país, apoyada mayoritariamente en el ganado ovino; además de las pérdidas que estaban sufriendo los ecosistemas australianos. Entonces, se adoptó una solución que consistía en liberar mosquitos vectores del virus de la mixomatosis (enfermedad mortal para el conejo europeo). En poco tiempo, el número de conejos disminuyó drásticamente, y se comenzaron a recuperar los pastos para la ganadería y otras especies que casi rozaban la extinción.
Sin embargo, no toda la población desapareció, ya que algunos lograron sobrevivir a la enfermedad, desarrollando una resistencia que transmitían a sus descendientes.

Conejos alrededor de un punto de agua en un ensayo con mixomatosis en Australia.






LOS CONEJOS DE FIBONACCI:


Fibonacci, respecto al tema de la reproducción de los conejos, se planteó lo siguiente: 

  1.  Suponemos que en un huerto cerrado tenemos una pareja de conejos (macho y hembra) de un mes de edad que aún no pueden reproducirse, pero que podrán hacerlo al segundo mes de edad.
  2. Suponemos también que el periodo de gestación es de un mes, y que cada mes, a partir del segundo, cada pareja de conejos siempre dará lugar a otra nueva pareja de conejos (macho y hembra).
  3. Si cada pareja de conejos resultante sigue el mismo proceso de gestación y reproducción que la primera pareja, y si suponemos que no mueren, ¿Cúantas parejas habrá cada mes? ¿Y al año?



Tenemos, entonces, la pareja inmadura que al segundo mes será capaz de dar lugar a otra pareja de conejos. Pasa el siguiente mes y procrea la nueva pareja, y cada pareja se vuelve capaz de reproducirse.
Como la primera pareja tiene descendencia en el segundo mes, dobla el número, y en el tercer mes, se tienen dos parejas. De éstas, la primera pareja también tiene descendencia en el mes siguiente, de manera que en el cuarto mes ya hay tres parejas. De estas, dos tienen descendencia en el mes siguiente, de modo que en el quinto mes han nacido dos parejas más, y ahora el número de parejas es de cinco. 




En este mes tres de esas cinco parejas tienen hijos, y en el sexto mes el número de parejas es de ocho. Cinco de estas parejas dan lugar a otras cinco, habiendo, junto con las ya existentes, 13 parejas en el séptimo mes. Cinco de estas parejas, aún inmaduras, no tienen descendencia este mes, pero las otras ocho dan lugar a otras ocho parejas, teniendo por tanto 21 parejas en el mes octavo, como se puede ver en la gráfica.






La fórmula es la siguiente:     






En el conflicto de los conejos en Australia encontrábamos que entre los años 1859 y 1887 el número de conejos llegaba a unos 20 millones, sin tener en cuenta los que habían sido cazados. Aplicando la sucesión de Fibonacci, y habiendo transcurrido 28 años, es decir, 336 meses, el término sería…


Se puede calcular el término 336 desarrollando las 336 iteraciones mediante una hoja de cálculo (tipo Excel) , o bien utilizando una fórmula explícita de la sucesión, como es: 



Considerando f(0)= 0 y f(1)=1, f(336) será igual a 7,42 x 10^69. Comparando este número con los 20 millones de conejos que llegó a haber en Australia (2x10^7), nos damos cuenta de que los conejos europeos se reproducían mucho más despacio que los de Fibonacci.




 

1 comentario:

  1. El crecimiento exponencial es increíblemente rápido. Los conejos reales tienen más problemas que los conejos idealizados de la serie de Fibonacci, pero si el tal Thomas hubiera conocido a qué se exponía cuando llevó los conejos, se lo habría pensado mejor.
    De todos modos, les pasó lo mismo con los camellos, caballos, cerdos, cabras, perros, gatos y zorros. Tanto es así que algunas especies de canguros están en peligro de extinción. La estulticia humana no conoce límites

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